viernes, 23 de agosto de 2013

El Hotel de los Sueños




Anoche tuve un sueño…
Estaba en mi cuarto y  las ventanas se abrieron de imprevisto partiéndose de risa, debido a  las cosquillas que le proporcionaba el viento Sur. Plas, plas,plas sonaban sus débiles azotes contra las cortinas.
Me tapé la cara con la almohada y de repente el ruido cesó. Sentí un leve frescor en mi cuerpo, una deliciosa sensación gélida de hierba mojada. Aparté la almohada de mi cara y vi una enorme noche estrellada.  Y al alzar la vista ahí estaba.

Enorme, altivo, enigmático y elegante. No sabía como había llegado hasta allí, pero no me importaba; no le sentía extraño. Y  descalza avancé por el jardín hacia la puerta.

Empujé débilmente el portalón, estaba abierto. Me esperaba.

Al entrar una débil música de violines me llevó hasta la chimenea. 

Allí sentada estaba ella, una gran dama.




                                                De mirada triste y algo cansada.




 Tanto tiempo esperando, tantas lágrimas derramadas por un mañana que no llega y un pasado que se va.








Atrapada en un tiempo que ya no existe para ella, en una realidad demasiado vetusta como para abandonarla.

Quise acercarme, hablarle, tocarla. Pero con gran majestad se levantó y entre sombras desapareció. Pero no antes de dirigirme una intensa mirada de hielo y sal.




Caminé a tientas, hasta que vi una gran luz que me cegó durante unos segundos.

Los violines habían cesado, y el más profundo silencio se tornó en grandes risotadas.
¿Qué sonaba? ¿Era Elvis? Quizá sí, quien sabe los sueños son caprichosos. Y las cosas suceden por que sí.

Entré en la luminosa habitación y  me miró, sabía quien era yo. 





¿Ángel o Demonio?




Dura y tierna a la vez




Su mirada duro tan sólo unos segundos, era como si la conociera de siempre.
Elvis seguía sonando, y ella se quedó allí, atrapada en su mundo de cuero y tachuelas.

Cerré la puerta detrás de mí y noté como una delicada sombra se movía por la escalera.






Fue un minuto, quizá sólo un segundo. Por que al volverme otra vez  ella ya no estaba.





El ambiente se inundó a un delicado olor a flores de azahar que provenía de la terraza.

Al llegar el olor se hizo más intenso, mas vibrante, totalmente embriagador.

En la ventana, en su eterna espera, ella regresó a mí.




- Amanece, debes irte...




No pude decir nada, poco a poco mis brazos volvieron a sentir el cálido abrazo de las mantas, y mi mente regresaba a mi cuarto. Intenté cerrar los ojos con fuerza, para no perderla. Y durante un segundo la volví a ver...





¿Quienes eran? ¿Eran ellas o era yo?
No lo sé, supongo que todo es posible en el Hotel de los Sueños...




Agradecimientos:

Mil gracias Ramón por creerte esta historia mágica tanto como yo, y plasmarlo tan bellamente con tu objetivo.
Millones de Gracias al hotel escuela "Las Carolinas" (Santander), por dejarme entrar en el Hotel de los Sueños.







Los Tocados seleccionados en esta sesión son...





Alexa:

Realizado en Polipiel  color negro, Totalmente forrada y ornamentada a mano; cuajada de tachuelas doradas circulares, terminadas en punta.




Isabella:

Gran base de sedería trenzada color rosa intenso. Ornamentación por medio de orquídeas en tonos blancos y rosáceos.
Impresionante pluma de faisán en tono fresa.




Grace:

Tocado con forma de lágrima. En base beige de Sinamay, forrada en Guipour antiguo cuajado de pedrería y bordado en lentejuelas.
Ornamentación por medio de dos espectaculares plumas de avestruz dorada.





Ania Rosa:

Turbante de Sinamay Cream, apuntillado con pasamanería rosa nude. Remate por medio de una espectacular flor de Sinamay con plumas de gallo a tono.





Marie:

Base de Sinamay color azabache, rociado de pétalos en la parte interna. Gran flor de organza negra en dos tonos. Tul francés moteado y plumas blancas con detalle de topos negros.





En tonos morados:

Madeimoselle Coccó

Base redonda, forrada por el famoso tejido de la maison Chanel, en tonos rosas, morados y blancos.
Espectacular pluma a tono, abrazada por un aderezo de perlas color blanco roto.

En el fondo:


Palmira

Base de sedería trenzada, acoplada a una base de Sinamay forrada; ornamentación por medio de dos espectaculares plumas de faisán color natural y organza de Sinamay.























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