Hace un tiempo recibí un encargo de Manuela. Manuela es muy guapa, aunque ella se empeñe en decir todo lo contrario. Se queja de su delgadez, su piel blanca pecosa y su hermoso pelo color chocolate, con un ligero toque rojizo.
-"No me favorecen los Tocados, pero este año me he lanzado y quiero uno". Estas fueron sus palabras. -" Eso sí, que sea distinto, nada aburrido." Apuntilló.
-"¿Te gustan las flores? ¿Las rosas por ejemplo?, ¿ De qué color es el vestido?" la pregunté.
- "Vaya, no soy muy de flores. Las rosas me parecen clásicas con sus tonos aburridos, y el color del vestido es pistacho". Y con la misma muy educadamente se despidió.
¿Flores aburridas? ¿Rosas clásicas? ¿Pistacho?. Estaba ante un duro trabajo y una persona con las ideas muy claras. Y poco a poco y tras varios bocetos distintos, llegó mi solución: encontré unas preciosas rosas color pistacho. Son tan elegantes y orgullosas como atrevidas. Y tan distintas como apetecibles. Así que no me lo pensé dos veces y monté el Tocado.
Manuela dice que no es muy alta, así que decido colocar una altiva pluma de faisán para crear más altura y verticalidad al conjunto.
¿El resultado?
Un bellezón de Tocado, al que su dueña ha decido llamar Manuela mia. Personalmente creo que ha habido un auténtico flechazo entre las dos.
Y para que veáis como es el Tocado os dejo las fotos antes de entregarlo. Ahora sólo falta que Manuela pierda su natural timidez y nos envíe las fotos con él puesto.
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