Érase una vez una coquetísima base de Sinanay rosa, que se enamoró de un bello lazo negro de Sinanay. Se fundieron en un enorme abrazo y para que no se les escaparan las emociones tejieron un delicada red de tul francés. Sus besos tan dulces y cálidos, se convirtieron en suaves pompones del color fresa. Y se sintieron tan ligeros que llegaron al mismo cielo, gracias a sus alas de plumas color azabache.
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